sábado, 2 de abril de 2005

Mal Mortal (mis análisis dieron bien)

Sin pensar comenzaba a ser feliz
A olvidar mi mal
No soy quien pensas

Llevo en mí este mal
Mal mortal
Pienso que al decirlo es menos mortal

Con mis lentes de sol
En el tren
Saludando amable
No soy quien pensas

El amor más real
Es soñar
Que harás conmigo
Al despertar




Pffffffffffffffffff

Dita Deren

4 comentarios:

"EL" nana dijo...

hola dita.
pase a saludarte y a dejarte esto:



Te arrincono contra la pared, tu respiración es fuerte y pausada, casi como suspiros consecutivos.
Ahora desciendo con mi mano por tu vientre. Desabrocho el primer botón de tu pantalón y bajo tu bragueta tan lentamente que te desesperas. Tus mejillas están ruborizadas, y aunque no puedo verte por la escasa luz que hay en la habitación puedo notarlo. Introduzco mi mano dentro de tu ropa interior de fino encaje. Mis dedos recorren toda la extensión del monte de Venus donde el bello pubico es tan suave como la mas fina de las sedas. Tu excitación es tal a este punto que algunos de los suspiros empiezan a convertirse en gemidos, tus pezones están tan duros que se clavan en mi pecho cuando acerco tu cintura a la mía y es en ese momento cuando descubres una erección descomunal en mis pantalones. Tus finos, suaves y delicados dedos vencen el pudor y se precipitan a la hebilla de mi cinturón, en un intento desesperado de desabrocharla.
Ya no puedes resistirte y me pides por favor que te penetre, pero yo me niego, pues me gusta este juego, me encanta oír tus suplicas, quiero que me pidas a gritos que introduzca mi daga envenenada en tu afelpado capullo, como si fuese este veneno tu droga favorita.
Te tiendo en el suelo y en dos movimientos astutos te dejo completamente desnuda.
Es tan bella la imagen frente a mí, tan excitante y perfecta criatura, que temo que una eyaculación precoz arruine el momento. Entonces me agacho y paso mi lengua por todo tu cuerpo, me detengo entre tus piernas y empiezo a lamer tu vagina, otra vez me vuelves a pedir que te penetre, esta vez de un modo tan sutil y agónico que hasta me apiado de tu sufrimiento. Al penetrarte un gemido de alivio recorre la habitación pero sé que no piensas detenerte hasta tener un orgasmo, una explosión en todos tus sentidos, una pizca de muerte.
Los gemidos se convierten en gritos desesperados, empiezas a insultarme y a golpearme, me pides que te grite cosas obscenas, te has convertido en una fiera, actúas como toda una profesional. Hasta que en un momento un ruido extraño se escucha en tu garganta. Detienes repentina y bruscamente el movimiento, tus ojos lucen desorbitados, todos tus músculos que permanecían tensos ahora se relajan. Te quedas un momento en estado catatonico y luego me confiesas que nunca habías experimentado tal encuentro sexual y que nuestra interacción estaba mucho mas allá de lo físico. Ahora el silencio se adueña de todo, y surge en mi mente una pregunta. Doy una ultima pitada al cigarrillo mientras reflexiono sobre tu posible reacción ante mi cuestionamiento.
Y después de haberlo razonado silenciosamente, me lanzo a romper el silencio:

¿Cuál era tu nombre?

Anónimo dijo...

Pini... vale actualizar, eh. Nada mas. Chau. Portate bien.

Chapita (el tio Gus)

"EL" nana dijo...

YYYYYYYYYYYYYY????

Anónimo dijo...

he realizado una visita general.....me guutsa mucho tu sitio...hablamos un toque por msn....hablamos en otro momento!!!
muy lindo todo lo q esta escri to aqui!
saludos!

Agus